domingo, 10 de julio de 2011

Cultura~Costumbres


Carnaval: De origen religioso, el carnaval es una festividad de mucho arraigo en la provincia de San Juan. Desde los tiempos coloniales hay relatos que hablan de murgas en las calles sanjuaninas, así como de la costumbre de “chayar”. El carnaval sanjuanino tuvo una época de esplendor a comienzos del siglo XX, ya que además de los desfiles públicos, se realizaban grandes bailes en clubes de barrios. En la actualidad el carnaval se desarrolla fuertemente en el departamento Chimbas, que logró resistir el paso del tiempo. Se realiza todos los años y cuenta con la activa participación de los barrios, clubes, instituciones vecinales, comercios e industria, además del gobierno municipal.
Vendimia: La cosecha de la uva es toda una tradición en San Juan. Muchas veces, un trabajo que comprometía a familias enteras, ya que producía ganancias importantes en poco tiempo. Padre, madre, hijos y algún pariente se dirigían a las fincas como cosechadores, mientras los ancianos se quedaban en las casas dedicados a los quehaceres domésticos. Esta costumbre, si bien se conserva en esta provincia, ya no es tan común como hace 30 años atrás.
Carneo: De origen español, es una costumbre muy arraigada en San Juan, el carneo se realiza en los mese de junio y julio y, según lo que decida el dueño de casa, puede extenderse por dos o más días. Se trata de la matanza del cerdo, de la cual se realizan productos como el chorizo, la morcilla y el jamón.
Comidas típicas: En San Juan se destacan comidas como el tradicional asado o las empanadas, como en el resto de la Argentina. Sin embargo se destacan comidas locales como el tomatican, las sopaipillas, la carbonada, los niños envueltos y la cazuela.

domingo, 3 de julio de 2011

San Juan y el cruce de los Andes

El General San Martín condujo el grueso del ejército, sin embargo, la artillería debió ser conducida por el Paso de Uspallata. Durante 1815 y 1816 se realizó el Cruce de los Andes, San Juan se comprometió por intermedio de su Cabildo a formar un batallón de 500 soldados. Para ello se ordenó el reclutamiento voluntario y obligatorio de hombres. Sin embargo, el grueso de lo que sería la División Norte, al mando del Teniente Coronel Juan Manuel Cabot, se integró con voluntarios que se iban sumando al paso de la columna por parte del territorio sanjuanino. La expedición llevaba más de 1.500 animales y armamento.
Además San Juan, aporto oficiales y soldados, milicianos y arrieros, pólvora y víveres. A pedido del General San Martín, en San Juan el Teniente Gobernador José Ignacio de la Roza implementó impuestos a los vinos y aguardientes que se vendían fuera de la provincia con el fin de recaudar fondos.
Las mujeres sanjuaninas se encargaron de tejer paños, donaron joyas y objetos de plata labrada, mientras todos los que podían entregaban dinero, caravanas, aguardiente y vino, pasas de uva, harina, trigo, maíz, jabón, aceitunas, mulas de silla y carga, caballos, cueros de vacuno, monturas, ponchos, barriles, toda la existencia de estaño e incluso esclavos negros. El vecindario entregó todo lo que poseía y fue sometido a una contribución extraordinaria, mientras el Convento de Santo Domingo fue cedido para cuartel de las tropas.